martes, 30 de octubre de 2012

'El Peligro de la Falta de Fe' (Éxodo 4:1-17)



Como ya hemos notado, Dios permitió que Moisés pasara 40 años en el desierto, cuidando las ovejas de su suegro; lo hizo, para quitar de él toda noción que él podía salvar a Israel de Egipto.  Los 40 años tuvieron el debido resultado.  Cuando Dios por fin llama a Moisés, él no quiere ir.  Ese es el tema de este pasaje. 

Moisés hace TRES objeciones al llamado de Dios:

a.    No me creerán’ (v.1).  Eso era cierto; por eso Dios le dio a Moisés la autoridad para hacer tres señales (v.2-9) – señales que hizo, primero, ante los ‘ancianos’ (Éx 4:30). 

b.    No puedo hablar’ (v.10).  ¿Sería cierto eso?  Es probable que los 40 años cuidando las ovejas en el desierto quitó de Moisés cualquier confianza que tenía de ser capaz de hablar con elocuencia ante Faraón.  Sin embargo, Dios promete soltar su lengua (v.11-12).

c.   No quiero ir’ (v.13).  Ante las respuestas divinas a las primeras dos objeciones, Moisés finalmente le dice a Dios que simplemente no quiere ir; y que por lo tanto, envíe a otro.  ¡Qué osadía!  Dios se molesta con Moisés, y afirma que enviará a Aarón para ser su vocero (v.14-17).

REFLEXIÓN: Es bueno sentirse indigno de servir a Dios, pero NO es bueno levantar pretextos, y al final ser terco en nuestra desobediencia a Dios.  El problema no era la falta de fe de los ‘ancianos’ de Israel, sino la falta de fe de Moisés - una falta de fe que estaba poniendo en riesgo el plan de Dios para salvar a Israel de Egipto.   ¿Qué problemas estará provocando nuestra falta de fe, y nuestra desobediencia al llamado de Dios?

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